Ilustración realizada para Sant Jordi de 2020 con motivo de querer ilustrar un personaje alejándolo de la historia clásica y poniendo de manifiesto un personaje femenino que también disfruta de la lectura, rechazando de esta forma la típica figura femenina que se conforma con que el caballero le regale una rosa.
En esta ilustración, la rosa es un simple adorno del salón y el dragón se convierte en un simple disfraz del compañero de la protagonista, con la intención de convertir la historia de Sant Jordi, en una historia más de la que ambos disfrutan en esta ilustración.